11 junio 2006
Mägo de Oz abrió su catedral gótica
Y no es para menos porque los madrileños volvían a las carreteras españolas después de su exitosa gira por Centroamérica. La escenografía es impresionante. Una catedral gótica de catorce metros de alto, con claras reminiscencias arquitectónicas procedentes del satanismo, refugia a los nueve músicos que entran en escena desde el primer momento en el que cesa la impresionante intro del último disco Gaia II, aunque con algunos problemas de sonido, sonó, como era de esperar, ‘La voz dormida’, en el que Jose salió de un sarcófago embutido en un atuendo gótico próximo a la imagen visual del Conde Drácula. Ocho minutos de canción con interminables solos de guitarras y la música ofrecida por el tandem formado por la flauta de Fernando y el violín de Mohamed. Acto seguido comienza el famoso redoble de batería de ‘Satania’ que anticipa un gran grito del cantante que pone los pelos de punta.
En el repertorio escogido para esta nueva gira han querido que estuviera compuesto por algunos de los temas más críticos con la religión y las creencias católicas. Gárgolas y efigies satánicas son los testigos principales de la siguiente canción que entra en escena. Esta nueva producción de Mägo de Oz ha suscitado críticas desde algunos sectores católicos. La recuperada ‘Jesús de Chamberí’ nos retrotrae a la primera época del grupo en la que todavía no disponía de un ejército de seguidores fieles. La banda estuvo alineada en el centro del escenario moviéndose al unísono y con un Jorge Salán que ha cobrado mucho protagonismo en la última gira deleitando a los asistentes con los impresionantes sonidos que le saca a sus seis cuerdas. Sin duda, es la revelación y el mejor fichaje que han podido hacer porque ese chico no se podía dejar escapar.
Pasadizos, torres y una gran luna llena casual rodeó a los músicos durante las más de dos horas que duró el concierto, aunque el problema sigue encontrándose en las largas esperas entre las canciones. No se puede intoxicar los temas con esos parones y esas introducciones tan superfluas, pues sois los Mägo de Oz y no necesitáis presentación. Intercalar y enlazar los temas es su asignatura pendiente. Quien no deja de sorprender es Patricia, del grupo Nexx, que se ha hecho un hueco como corista. Su resplandeciente belleza femenina y su voz dulce la convierten en una musa impresionante que introduce el inicio de ‘El Poema de la lluvia triste’.
Con una pequeña dosis de satanismo primario, que nunca viene mal según se mire, Jose sacó un crucifijo que lo paseó por todo el escenario hasta que incitó al público a darle la vuelta. ‘Aquelarre’, uno de los temas preferidos y poco comentado, tuvo escasa fuerza en directo. Sus ritmos arábicos no fue suficiente para dotarla de esplendor porque los problemas técnicos continuaron sucesivamente. El sistema de voces falló una y otra vez y no cuajó la tesitura de todos los instrumentos. Una banda con demasiados músicos, quizá, ya que el ejercicio de coordinación se multiplica con creces.
El alma del grupo, Txus, que no se olvidó en ningún momento de la gorra oficial de las SS, saltó a la palestra y, embutido en un provocativo modelo, que seguramente se pueda encontrar en su tienda particular, intentó redirigir el espectáculo después de tener que escuchar la fase, que podríamos llamar más comercial, con los temas ‘Fiesta pagana’ y ‘Costa del silencio’. Posteriormente, vendrían aparejados ‘La posada de los muertos’ y ‘ Hoy toca ser feliz’, que todo el mundo coreó hasta saciar. Sin embargo, se recondujo con 'Hazme un sitio entre tu piel', que recuerda a los míticos Whitesnake.
Faltaron temas como ‘Pensando en Ti’, ‘La leyenda de la Mancha’, que sigue sin volver al set list siendo como es una de las mejores canciones del grupo, u otras tantas de los primeros discos como ‘Hasta que tu muerte nos separe’, que se puede vincular a la temática actual, ‘El fin del camino’, tan añorada por todos, o el ‘Santo grial’, que también quedaría genial. Pese a todo, nos quedamos con el consuelo de haber escuchado una versión del genial Mozart interpretado, en primer lugar por Salán para posteriormente por todos, y ‘La rosa de los vientos’ en versión metal.
Como final, ‘La cantata del Diablo’, bastante más reducida en el tiempo, fue como llegar al clímax, pero los constantes cambios de tonalidad jugaron una mala pasada al acoplamiento de voces que no entraron a la vez. Y, como no podía ser menos, es espectáculo de luces y fuegos artificiales volvió a entrar en escena para crear la atmósfera perfecta para ‘Molinos de viento’, que sigue sonando impresionantemente bien aunque la hayamos escuchado más de mil y una veces. El retorno del diablo con un mensaje reivindicativo hacia la libertad más profano que nunca.
Polideportivo Municipal, San Vicente del Raspeig (Alicante)
10/06/06
Entrada: 16 euros
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